martes, 14 de mayo de 2013

La muerte de unos cuantos

Todo a mi alrededor se nubla. No dejan de caer uno tras otro. Esas leyendas que siempre han estado ahí, que me han impulsado a salir adelante y dar pasos en la dirección de mis metas personales de la vida, todos van cayendo.

Sí, será la edad, será el paso del tiempo, serán las enfermedades, será la salud, será el malestar, será la desesperación, será la esperanza de un más allá. Pero a pesar de todo, a pesar de toda la preparación, llega el momento y lloras, no dejas de llorar. Porque se van, sencillamente se van.

Y cuando pretendes superarlo, pasarlo, solo cabe que pase por tu mente la idea de como llegarías a sentirte si pasase con gente más cercana aún. Y vuelven las lluvias de tu rostro. Vuelve la tristeza.

Pretendes olvidar, que pase todo, y llamas a un superhéroe que nunca te falla: el cine. Pero en menos de 24 horas ves dos películas que hablan del tabú del momento: la muerte. Bueno, la salvación es que se trata de comedias, en mayor o menor medida. Algo bueno tendría que haber en toda esta penumbra, ¿no?

La muerte, ahí está, esperando. Quien sabe cuando tocará a la puerta de vaya a saber quien. Pero trabaja sin descanso, todos los días. La incógnita es averiguar cuando llamará a la puerta de alguien conocido. Pero no, no quiero saberlo. Mejor disfrutar de la vida mientras pueda vivirla. ¿Es eso optimismo? No quiero saberlo.